EMOCIONES POSITIVAS Y LONGEVIDAD

Varios son los estudios longitudinales que indican que la felicidad o el conjunto de emociones positivas tienen efectos significativos en la longevidad, reforzándola e incrementándola. Vamos a exponer algunos de estos estudios, de forma resumida, para compartirlos contigo.

- Danner y otros (2001) hicieron un estudio a 180 monjas de EE.UU. Todas la participantes tenían un estilo de vida similar (no fumaban, no bebían, habían seguido una dieta sencilla y equilibrada durante su vida adulta, eran célibes y trabajaban en lo mismo). Al entrar en la orden tuvieron que presentar un breve resumen biográfico, y una exposición de sus esperanzas para el futuro, sin saber que estos ensayos se usarían años después en un estudio sobre felicidad y longevidad. Medio siglo después los evaluadores que no conocían la edad de las participantes, evaluaron la cantidad de emociones positivas presentes en los ensayos. El 90 % de las monjas de la cuarta parte más feliz vivieron más de 85 años, en contraste con el 34 % de la cuarta parte menos feliz.

- Ostir y otros (2000) hicieron un estudio longitudinal a más de 2000 mejicanos estadounidenses de más de 65 años, encontrando con los años que las emociones positivas al principio del estudio predecían quién vivía más y quién no, y quién mostraba más independencia o más discapacidad funcional. Tras haber controlado la edad, la condición socioeconómica, las enfermedades, el consumo de medicamentos, los participantes felices tenían dos veces más probabilidades de sobrevivir y seguir siendo independientes funcionalmente, que los infelices.

- Maruuta y otros (2000) hicieron un estudio retrospectivo de más de 800 pacientes que habían acudido 40 años antes a la Clínica Mayo, de los cuales habían fallecido 200. En sus fichas de ingreso habían tenido que responder a un cuestionario que pretendía determinar si la actitud del paciente era optimista o pesimista. Pasados cuarenta años se encontró con que de los 200 pacientes fallecidos la longevidad de los optimistas era superior en un 19 % a la de los pesimistas, habiendo vivido mucho más.

Ahora queda reconocer cuáles son las EMOCIONES POSITIVAS que se asocian a la felicidad y pueden mejorar la longevidad.

Según Seligman podemos relacionarlas con el pasado, el presente y el futuro:
- Pasado: la satisfacción, la realización personal, el orgullo y la serenidad.
- Presente: la dicha, la alegría, el bienestar, el entusiasmo, el éxtasis, los placeres sensoriales.
- Futuro: el optimismo, la confianza, la esperanza, la seguridad, la fe.